Debe estudiarse a fondo, el emplazamiento de la piscina sobre el terreno que hemos dispuesto para ello, de manera que, represente el cumplimiento de, entre otras, las siguientes consideraciones:

• Situación en zona que le permita destacar como una unidad de obra y servicio totalmente independientemente del resto del entorno: del jardín, de la casa, del acceso a la casa, etc., de manera que, incluso situando el vaso y su zona de playa o solarium y estar, a una cota superior a la del resto del jardín o de la casa, evitando con ello, que el polvo, el polen de la vegetación circundante y el agua de lluvia, se introduzcan en el agua de la piscina alterando sus condiciones y características higiénico sanitarias, todo ello, dentro de las posibilidades de espacios, de manera que pueda presentarse como una zona que dé la sensación de estar, realmente, fuera de la casa pero, que pueda ser visible desde la vivienda.

• Conocer el recorrido del Sol para mantener la piscina dentro de su influencia el mayor numero de horas posibles

• Conocer la dirección más normal de los vientos para mantener, en lo posible, la piscina resguardada de los mismos.

• En los casos, la mayoría, de contar con un espacio reducido, considerar las distintas posibilidades de protección de la piscina por la edificación.

• Mantener la vegetación lo mas lejos posible de la piscina y su zona de playa.