MONTAJE DE UNA PISCINA

La cavidad que resulta de la excavación del terreno se llama hoya o fosa. Debe considerarse como una caja destinada a recibir, contener  y soportar el vaso de la piscina.

La solera descansará sobre una capa de saneamiento y regulación de tensiones, dispuesta sobre el nivel superficial del terreno. Puede ser gravilla aprisionada o, mejor todavía, un encachado de cantos rodados, con una altura de capa de entre 15 y 30 cm según las dimensiones de la piscina; con ello protegeremos el vaso de posibles movimientos de tierras.

Las paredes verticales del vaso constituyen los muros perimetrales tienen la misión no solo de soportar la presión del agua que contiene el vaso, sino también la que puede ejercer lateralmente el terreno en el que se halla enterrada la piscina. Los muros perimetrales  se construyen mediante un tabique de rasillón como soporte del hormigón proyectado, y colocación de un doble mallazo de hierro en pared y fondo, en cuadrado de 15×15 cm. y diámetro de  5 mm.

Luego se coloca como  refuerzo a lo largo de todo el perímetro del vaso barras de acero coarrugado de 10 mm., desde el fondo y dobladas en el borde.

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